sábado, 30 de octubre de 2010

No te detengas.-

xxx--- No te detengas---xxx
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No te detengas
y repares y distraigas
con mis palabras.-
Intenta encontrar en ellas
la estrella a la cual,
en la noche clara,
mi alma está mirando.-
No te fijes tanto
en como camino y en lo que digo.-
Que quiero contarte
todas las cosas que siento
y más aún,
todas las que sueño.-
No mires tan perpleja algún gesto mío
o silencio largo
o palabra de tono un tanto disperso.-
Fíjate si puede haber lugar
Para los secretos que quisiera confiarte.-
No atiendas tanto
a si vengo o si voy
Ni en qué es lo que habré hecho ayer
o qué comí.-
Intenta tomarte tu tiempo para ver
si llega el momento en que
lo que entre nosotros deba ser dicho,
dichosamente
nos lo podamos decir.-
No prestes tanto atención a como visto,
y al porque a veces hago lo que hago
o me encuentro donde estoy.-
Espera el momento
de preguntarme
por todos mis sueños
y te podré entonces decir
en cual de ellos
te encuentras tú.-

Sólo la muerte.- Pablo Neruda.-

SÓLO LA MUERTE Pablo Neruda.-
http://www.neruda.uchile.cl/obra/obraresidencia2a.html
HAY cementerios solos,
tumbas llenas de huesos sin sonido,
el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos,
como ahogarnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel al alma.

Hay cadáveres,
hay pies de pegajosa losa fría,
hay la muerte en los huesos,
como un sonido puro,
como un ladrido sin perro,
saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,
creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.

Yo veo, solo, a veces,
ataúdes a vela
zarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,
con panaderos blancos como ángeles,
con niñas pensativas casadas con notarios,
ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,
el río morado,
hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte,
hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.

A lo sonoro llega la muerte
como un zapato sin pie, como un traje sin hombre,
llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,
llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.
Sin embargo sus pasos suenan
y su vestido suena, callado, como un árbol.

Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,
pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,
de violetas acostumbradas a la tierra
porque la cara de la muerte es verde,
y la mirada de la muerte es verde,
con la aguda humedad de una hoja de violeta
y su grave color de invierno exasperado.

Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,
lame el suelo buscando difuntos,
la muerte está en la escoba,
es la lengua de la muerte buscando muertos,
es la aguja de la muerte buscando hilo.
La muerte está en los catres:
en los colchones lentos, en las frazadas negras
vive tendida, y de repente sopla:
sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,
y hay camas navegando a un puerto
en donde está esperando, vestida de almirante.